Soy del Atlético de Madrid. También soy hombre, padre de familia, consultor, amante del cine y otras muchas cosas. Es fácil decirlo ahora que mi equipo de fútbol va muy bien, pero como consultor (una de las cosas que soy en la vida, como he mencionado antes) me tengo que hacer preguntas, sobre todo las básicas: por qué y para qué.

Otra de las cosas que también soy, y no he comentado antes, es seguidor practicante del Camino de Santiago y he aprendido que, de verdad, “lo importante es el camino” y que a la meta se llega cuando es el momento.

En primer curso de consultoría se enseña que para que las empresas funcionen deben de tener objetivos a corto plazo u operativos, a medio plazo o tácticos y a largo plazo o estratégicos, y que todos deben de estar alineados, es decir, que unos no contradigan a los otros. Partiendo de esta evidencia, analizo el porqué del buen momento del Atlético de Madrid en estos momentos.

Se parte de un objetivo operativo que es el trabajo de todos los días, el famoso “partido a partido” de su entrenador, el Cholo Simeone. Hay que ganar todos los días y con esa intención hay que levantarse por las mañanas, aún a sabiendas de que todo no va a ir tan bien como nos lo planificamos. Habrá días que ganaremos y todo nos saldrá muy bien, otros que empataremos y también tendremos derrotas y nos saldrán ampollas en los pies. Es lo normal. Lo patológico es “instalarse en el triunfo” y no permitirse el error. Hay otros equipos de fútbol que…. bueno mejor no ir por ahí….

Si “voy cumpliendo” todos los días, en mi partido del fin de semana o en mi etapa jacobea, tendré más triunfos que fracasos y me iré acercando más y más al objetivo táctico. En el caso del fútbol, estar situado durante, y sobre todo, al final de la Liga, entre los tres primeros, que me dará plaza para poder jugar la Champions el año que viene. Es el momento de mirar la tabla y ver donde está nuestra competencia. Lo normal es que unos estén más arriba y otros más abajo pero la importancia es la distancia entre unos y otros, el estar en “la pomada” de los tres primeros y a distancia del cuarto. Es el momento de reventarse las ampollas de los pies y preparar la siguiente etapa, con el convencimiento de que unos irán más deprisa que tú y otros más despacio.

Si tienes claro el objetivo, “tu” objetivo, te miras hacia dentro y dejas de mirar tanto hacia fuera y compararte continuamente con los demás. La competencia de tu empresa es solamente (ni más ni menos), que una referencia. Lo importante es que no pierdas tu fe y tu ilusión y sigas jugando tu partido a partido…. y ganándolo… o por lo menos empatándolo…

Alineados y puestos en valor los objetivos operativos y tácticos, hay que llegar a los estratégicos.

Para el Atleti, ganar la Champions, para mí como peregrino, llegar a Compostela. Para la empresa, ser líder en su sector.

Es muy importante seguir este orden: Operativo – Táctico – Estratégico. Si se empieza al revés se corre el riesgo de pensar (o lo que es peor, decir), que la competencia no existe, que somos los número uno, que somos perfectos y que el problema está fuera: en los árbitros o jueces de línea, en el mercado que está muy complicado, en los inversores que son unos incrédulos….

Señores Responsables de Formación, para cumplir y hacer cumplir el Plan de Formación, es imprescindible conocer la estrategia (a dónde queremos llegar con el Plan), la táctica (cómo vamos a conseguirlo) y la operativa (qué tenemos que hacer cada día).

…Y a los que leéis este blog. ¡A ver si me felicitáis un año de estos porque el Atleti gana la Champions…..!