Marcar la diferencia. Esa es la clave que permite hablar de competitividad empresarial. Si esa clave viene marcada por colaboradores que sienten la organización como suya y que, apoyados por la Dirección, tienen la suficiente autonomía como para descubrir y aprovechar nuevas oportunidades de negocio en el marco de la propia compañía, sobre todo en lo que respecta a estrategias de lanzamiento de nuevos productos y servicios, el valor añadido estará prácticamente garantizado.
Este ejercicio, que logra incrementar el engagement de quienes lo practican y que se ha multiplicado exponencialmente debido al boom de las nuevas tecnologías y startups, se llama intraemprendimiento. El término fue introducido por Gifford Pinchot en 1985 para referirse a aquellos empleados “capaces de desarrollar un comportamiento emprendedor, bajo el respaldo de la empresa, a través del descubrimiento, evaluación y explotación de nuevas oportunidades de negocio”. Pinchot también destacó que el intraemprendimiento se resumía en un “método para usar el espíritu emprendedor en las organizaciones, donde se encuentran muchas de las mejores personas y recursos”.
Intraemprendimiento vs. emprendimiento
Aunque compartan rasgos como su capacidad de asumir riesgos, la orientación al logro, la autoconfianza, el trabajo en equipo y bajo presión, la perseverancia y la planificación, la diferencia entre emprendedor e intraemprendedor radica en que, mientras el primero parte de cero y funda una compañía, el segundo potencia el crecimiento de una plataforma existente. Ambos, no obstante, deben compartir los valores y estar alineados con la misión y visión de la compañía.
Para que el intraemprendimiento se desarrolle no basta con que el empleado quiera innovar, sino que deben crearse las condiciones necesarias para ello. La compañía debe poner al alcance los recursos y el tiempo y ofrecer a sus colaboradores la formación adecuada, además de facilitar información veraz y transparente de cuanto ocurre en la organización. Reconocer después el trabajo bien hecho será asimismo la palanca más efectiva a la hora de fomentar que el talento de los empleados fluya. Un talento que también puede proceder del trabajo en equipo.
Agente transformador
Un estudio revela que el 40% del emprendimiento futuro vendrá de manos de los intraemprendedores, una fórmula que ya aplican empresas como Microsoft o Google. Esta última sin ir más lejos fomenta que sus empleados dediquen un 20% de su tiempo a sus propios proyectos.
La teoría suena tentadora, pero… ¿qué beneficios reporta a la compañía contar con este tipo de perfiles? La experta en innovación y liderazgo de la Universidad de Suffolk, Susan Foley, enumera cinco ventajas que aporta el intraemprendimiento:
- Supone un marco idóneo para la transformación, ayudando a generar un nuevo crecimiento empresarial
- Proporciona un ambiente para apoyar y sostener la innovación en el tiempo
- Es una de las mejores maneras de atraer y fidelizar a los líderes más emprendedores
- Permite a las organizaciones acelerar y administrar los cambios de forma eficaz
- Ayuda a los empleados a desarrollarse mientras se mantienen comprometidos
¿Es tu organización una de las que fomenta el intraemprendimiento?
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